viernes, 27 de octubre de 2017

BRECHA SALARIAL


A continuación, vamos a aclarar una serie de conceptos para más tarde poder contextualizar de forma correcta el fenómeno de la brecha salariar que sufre España. Estos conceptos son: salario medio, salario mediano, salario modal y salario por hora.

El salario medio se refiere al salario bruto medio anual de los trabajadores por cuenta ajena que prestan sus servicios en centros de cotización y que hayan estado de alta en la Seguridad Social durante más de dos meses durante el año.
El salario mediano es el que divide al número de trabajadores en dos partes iguales, los que tienen un salario superior y los que tienen un salario inferior. El salario modal es el salario más frecuente.
El salario por hora se estima como el salario anual dividido entre las horas pactadas en el año de referencia.

Brecha salarial de género (no ajustada a las características individuales) en salarios por hora. Según la definición de Eurostat, la brecha de género no ajustada a las características individuales que pueden explicar parte de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, es la diferencia entre el salario bruto por hora de los hombres y el de las mujeres, expresado como porcentaje del salario bruto por hora de los hombres. Eurostat lo calcula únicamente para los asalariados que trabajan en unidades de 10 y más trabajadores y en la ganancia por hora incluye los pagos por horas extraordinarias realizadas, pero excluye las gratificaciones extraordinarias. 

Brecha salarial de género (no ajustada a las características individuales) en salarios por hora. Según la definición de Eurostat, la brecha de género no ajustada a las características individuales que pueden explicar parte de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, es la diferencia entre el salario bruto por hora de los hombres y el de las mujeres, expresado como porcentaje del salario bruto por hora de los hombres. Eurostat lo calcula únicamente para los asalariados que trabajan en unidades de 10 y más trabajadores y en la ganancia por hora incluye los pagos por horas extraordinarias realizadas, pero excluye las gratificaciones extraordinarias.

Conocer la ganancia anual bruta de los trabajadores, hombres y mujeres, en función de las diferentes características como ocupación, actividad económica, edad, tipo de jornada, etc. constituye el primer paso para analizar la igualdad de mujeres y hombres en un aspecto tan relevante como es la actividad laboral y las retribuciones asociadas a dicha actividad.
Se proporcionan medidas resumen de la ganancia bruta anual de los trabajadores por cuenta ajena: salario anual medio, salario mediano, salario modal y la relación del salario de la mujer respecto al del hombre (expresado en porcentaje) en base a la Encuesta Anual de Estructura Salarial.
Cada año el INE publica la Encuesta Anual de Estructura Salarial (EAES) y con periodicidad cuatrienal se realiza en todos los Estados Miembros de la Unión Europea una encuesta armonizada de estructura y distribución de los salarios. La encuesta del año 2014 corresponde a la última encuesta cuatrienal publicada.
El ámbito poblacional de la EAES está formado por todos los trabajadores por cuenta ajena incluidos en la Seguridad Social. Se excluyen los trabajadores del sector público adscritos al Régimen de Clases Pasivas del Estado.
El salario bruto anual medio no es una buena medida resumen del salario anual que plasme las diferencias entre distintos colectivos y actividades, ya que una característica de las funciones de distribución salarial es que figuran muchos más trabajadores en los valores bajos que en los salarios más elevados. Esto da lugar a que el salario medio sea superior tanto al salario mediano como al salario más frecuente (modal). Hay pocos trabajadores con salarios muy altos pero influyen notablemente en el salario medio.
Por ello, se proporcionan otras dos medidas de la ganancia anual de los trabajadores: el salario mediano (divide al número de trabajadores en dos partes iguales, los que tienen un salario superior y los que tienen un salario inferior) y el salario modal (salario más frecuente).
Para comparar el salario femenino y el masculino es necesario considerar situaciones similares respecto a variables laborales como: tipo de jornada, ocupación, tipo de contrato, etc., que inciden de forma importante en el salario. Para analizar las retribuciones según tipo de jornada, especialmente en el caso de los trabajadores a tiempo parcial, es necesario considerar el salario por hora.
Existe un conjunto complejo y a menudo interrelacionado de factores que originan diferencias salariales de hombres y mujeres dando origen a la brecha salarial de género. A la valoración de las competencias laborales, hay que unir la segregación del mercado de trabajo con diferente representación de hombres y mujeres en los distintos sectores económicos, las características de la oferta de empleo femenino condicionada en muchos casos por la conciliación con la vida familiar, la participación en el trabajo a tiempo parcial y los mecanismos establecidos de retribuciones salariales. Consecuentemente la brecha salarial está condicionada por una serie de factores sociales, legales y económicos que van más allá de la premisa igual pago por igual trabajo.
Se incluye información: del salario por hora (según tipo de jornada) de hombres y mujeres, de la brecha salarial de género (no ajustada a las características individuales) en el salario por hora según grupos de edad (menos 25 años, de 25 a 34 años, de 35 a 44 años, de 45 a 54 años, de 55 a 64 años, de 65 y más años), de la brecha salarial de género en el salario por hora según sector de actividad económica (CNAE-2009), y de la brecha salarial de género en salario por hora según tipo de jornada.
La brecha salarial de género (no ajustada a las características individuales) forma parte de los Indicadores de Desarrollo Sostenible en el apartado de Inclusión Social en el subapartado de Acceso al mercado de trabajo. También forma parte de la Estrategia Europea de Empleo (EES) para el seguimiento de las diferencias salariales entre hombres y mujeres.




Fuentes: INE (Instituto Nacional de Estadística) y Eurostat.

jueves, 26 de octubre de 2017

FASES DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

A continuación vamos a presentar los ciclos de violencia que formuló la antropóloga Leonor Walker. Estas fases son aquellas por las que pasan las mujeres al sufrir la violencia de género.
Esta teoría nos hará entender la recaída a la relación con el agresor, que provoca en los profesionales un sentimiento de fracaso.
La violencia de género en pareja se mantiene en el tiempo realizándose de forma intermitente en momentos de tensión, otros de calma, tranquilidad o afecto. Esta teoría sigue un ciclo de 3 etapas.

Fase 1: En esta fase se acumula la tensión, hay cambios del estado de ánimo imprevistos y repentinos, enfados ante problemas de convivencia, reacciones agresivas ante cualquier frustración (ella no está cuando el la “necesita” para algo, los hijos/as hacen mucho ruido…)
Al hombre le molesta todo y la mujer trata de controlar la situación con un comportamiento que antes le había funcionado: intenta satisfacer, procura no hacer nada que le desagrade. Tiende a minimizar los incidentes, excusarlos o justificarlos a causas externas (“no fue para tanto”, “pudo haber sido peor”...) Esta fase puede durar grandes periodos de tiempo.

Fase 2: La tensión acumulada en la fase 1 se descarga en un incidente agudo (de distinta forma o intensidad). No se debe de caer en el error en creer que agresión es solo física ya que puede ser gritar, ignorarla, golpear muebles, no hablarle, amenazarle con abandonarla etc. El maltratador pretende castigar los comportamientos que el cree inadecuados de su mujer desde su pensamiento de poder y desigualdad, y solo se detiene cuando piensa que ella “ha aprendido la lección”. Cuando finaliza esta fase donde se descarga la violencia, la mujer no cree lo que ha pasado, minimiza el ataque sufrido y las heridas recibidas incluso negando o justificando la situación que acaba de vivir.

Fase 3: En esta fase se disminuye la tensión, y puede desarrollarse de distintas formas, el agresor promete que no volverá a pasar, reconoce su culpa, pide perdón etc. La relación vuelve a resurgir.
El maltratador ha realizado el castigo “necesario” para que ella se adapte a los comportamientos que él espera. La violencia no puede ejercerse de forma continuada, ya que la mujer trataría de huir, por ello la manipula afectivamente para que siga con la relación. La mujer acaba dependiendo más del maltratador y abandona la idea de terminar con la relación (retiran los cargos, abandonan el tratamiento…) piensan que cambiará.
Esta fase dura un tiempo limitado, hasta que el maltratador percibe que no hay riesgo de que acabe con la relación; pro como analiza a su pareja desde la subjetividad del dominio y desigualdad pronto se inicia otra fase de acumulación de tensión y el ciclo vuelve a repetirse.


La víctima pedirá ayuda generalmente tras una fase de explosión importante que le lleva a superar el miedo y asumir que su pareja es violenta, pero las personas a las que pide ayuda deben entender el ciclo, ya que después de esta fase aparece la fase “luna de miel”, en la cual el hombre se arrepiente, le promete cambiar y jura que “nunca más”. Por lo cual ella puede llegar a renunciar a la ayuda que había pedido y las personas que le estaban ayudando pueden culpabilizar a la víctima de la violencia que sufre.

martes, 3 de octubre de 2017

BIENVENIDXS

Somos dos alumnas de segundo curso de Educación Social. 
Hemos decidido abrir este blog para tratar diferentes temas y abrir diversas líneas de debate, así como compartir toda la posible información que obtengamos.