Un
inmigrante en estado irregular, según dice la noticia, es una persona “sin
papeles”, sin embargo, se entiende que una persona extranjera se encuentra en
una situación administrativa irregular cuando no tiene la documentación
necesaria, bien porque no la ha tenido desde un principio, por haber cumplido
el plazo de estancia y haberse caducado el visado sin haber podido renovarlo (o
no haberlo tenido y haber superado los tres meses de estancia). El uso del
término “sin papeles” conlleva una serie de connotaciones negativas que pueden
afectar a aquellas personas que se encuentren en situaciones similares a las
nombradas anteriormente. Es un reflejo más de los prejuicios que tenemos hacia
personas de diferente origen geográfico, así como una manifestación de
desprecio.
Sin esta
documentación, donde consta un empadronamiento, las personas no pueden acceder
a una tarjeta sanitaria que les permita recibir asistencia sanitaria y hacer
uso del servicio.
Tras analizar las palabras de Ana Mato, llegamos a la
conclusión de que quiere destinar los servicios públicos de los que todos
deberíamos poder hacer uso (independientemente de nuestra situación
administrativa) a todas aquellas personas que se encuentren en una situación
administrativa regulada, excluyendo a parte de la población del sistema y
renegándoles el derecho de ciudadanía, utilizando, como señala el documento, el
“juego de lenguaje.”
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