PROGRAMA: PROTOCOLO DE COMUNICACIÓN NO SEXISTA:
Este programa tiene como objetivo la formación en coeducación dentro de las instituciones educativas y como hemos detectado a lo largo del trabajo, la forma de transmitir los nuevos conocimientos es mediante un lenguaje sexista por lo que vemos necesario introducir este protocolo en colegios, institutos, universidades etc. Centrándonos mayoritariamente en la población infantil y juvenil.
En este punto vamos a pasar a desarrollar un programa que puede utilizarse como herramienta para abordar la violencia de género. Este programa trabaja un elemento básico como lo es el lenguaje, pero a la vez vital a la hora de comunicar diferentes ideas y representar la realidad. Si el lenguaje no representa a toda las personas, ya se parte de una situación de desigualdad, por ello debemos aprender a crear un lenguaje inclusivo con el que todos y todas podamos identificarnos.
Este programa está elaborado por el Grupo de Trabajo de Igualdad Fiadeiras del Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia (Ceesg) que muestra con ejemplos de nuestra vida cotidiana cómo debemos expresarnos para realizar procesos de comunicación adecuados, sin presencia de sexismos, ya que "antes de hablar o escribir, deberíamos tomarnos un tiempo para pensar y analizar críticamente lo que vamos decir y si la forma en que lo vamos a hacer invisibiliza o discrimina a las mujeres y/o a las niñas." (Celia Amorós).
Además de ello, el lenguaje es una herramienta importante a la hora de establecer nuevas relaciones personales, es decir, es una herramienta en el proceso de socialización. Se utiliza por los grupos de poder como mecanismo de control para perpetuar cualquier orden social. Las decisiones sobre el lenguaje y su gramática fueron tomadas por hombres y en esos grupos de poder que también prevalecen los hombres, por lo que se utiliza el masculino para referirse, de forma errónea, al total de la población; es decir, utilizamos un lenguaje sexista. Esta práctica se ha normalizado hasta el punto de que muchas personas lo hacen de forma inconsciente y de forma no intencionada, por lo que debemos hacer una reflexión y análisis crítico para modificarlo e intentar crear una sociedad donde todos y todas estemos representados de forma más igualitaria.
Para promover la igualdad entre mujeres y hombres desde la perspectiva profesional, debemos hacer referencia a uno de los principios del colegio profesional donde se presenta el código deontológico que recoge:
- Respeto a los Derechos Humanos
- Respeto a los sujetos de la acción socioeducativa
- Justicia social
- Profesionalidad
- Acción socioeducativa
- Autonomía profesional
- Coherencia institucional
- Información responsable y confidencialidad
- Solidaridad profesional
- Participación comunitaria
ESTRATEGIAS CONTRA EL SEXISMO DISCURSIVO:
Este apartado hace referencia al uso del lenguaje y la manifestación de sexismo en el propio, ejerciendo una discriminación hacia las mujeres. Por ello se dan unas pautas para ser capaces de detectar un lenguaje sexista y avanzar hacia una transformación del mismo. Para comprobarlo debemos realizar una prueba de inversión que consiste en sustituir el término que tiene género por aquel que corresponda al género opuesto. Si entonces la frase pierde sentido o no incluye a todos los individuos se trata de un lenguaje sexista.
RECOMENDACIONES PARA UN USO NO SEXISTA DEL LENGUAJE:
Antes de hablar o escribir hay que reflexionar y analizar lo que va a decirse, si esto invisibiliza o discrimina a las mujeres y/o niñas debe cambiarse. Como estrategia gramatical debemos evitar utilizar o recurrir al uso de sustantivos masculinos como genéricos. A modo de ejemplo:
La desigualdad existente entre los géneros se perpetúa mediante múltiples mecanismos y herramientas (como el lenguaje) que, siguiendo con la línea patriarcal, tiene como objetivo oprimir a las mujeres. Muchos de estos mecanismos son implícitos, de forma que consiguen que no seamos conscientes de esta discriminación. Existen muchos ámbitos donde la violencia de género se manifiesta, no solamente la reconocida socialmente como la violencia física, la cual cuenta con unos marcadores que indican la cantidad de mujeres asesinadas, sino que es un problema mucho más profundo y que afecta de forma estructural y que bajo esta violencia se construye nuestra socialización.
Siguiendo el código deontológico, nos vemos obligados a generar una conciencia crítica sobre la problemática social que se aborda en este proyecto, y para ello debemos empezar con nosotras mismas/os. La educación social debe reconocer el problema, hablar de él, formarse y crear una sensibilidad y conciencia hacia él, se debe generar una “mejora constante en la preparación y capacidad profesional de una formación continua”. Por el hecho de ser educadoras o educadores sociales no estamos exentos de prejuicios puesto que somos personas que nos hemos socializado dentro de un sistema patriarcal con sus correspondientes adjudicaciones de etiquetas, por lo que tenemos que hacer una continua revisión para procurar no transmitir y reproducir los roles sociales bajo los que se asienta la violencia de género y fomentar la labor de deconstrucción, cuestionado nuestros comportamientos y acciones pensando en si reproducimos o no los estereotipos.
Bajo el modelo elaborado por el Ceesg y en parte recogido en el “Decálogo de buenas prácticas de la educación para la igualdad” se extrae este proyecto que hace referencia al segundo punto: “Hacer un uso no sexista de nuestro lenguaje verbal y escrito” queda justificado esta cuestión, vital para comenzar una actualización de las nuevas prácticas para abordar la problemática y construir un camino hacia la igualdad.
Como ya hemos señalado anteriormente es importante ser conscientes de que el lenguaje es una herramienta que utilizamos constantemente para la socialización y como objetivo se plantea un reconocimiento de todas las mujeres para conformar una sociedad más igualitaria que no invisibiliza a las mujeres y a sus necesidades para no transmitir una serie de actuaciones y comportamientos que contribuyan a mantener la inferioridad del sexo femenino, así como la existencia de la violencia de género en todas sus formas. “Es sabido que quien tiene el poder es quien da nombres a las cosas (y a las personas)” (Celia Amorós)
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