El análisis de la realidad
El diagnóstico previo, la investigación
anterior a cualquier intervención no sería solo un "censo" de
necesidades y recursos sino un proceso de identificación de la realidad
concreta, de "valoración" de los intereses explícitos, de las
demandas expresas, y de las necesidades no expresadas o no conscientes en los
sectores o comunidad en donde se va a desarrollar la intervención. Una
detección de, sus capacidades y potencialidades, de los recursos existentes en
el propio medio, de las barreras y obstáculos para la intervención.
El objetivo específico no es solo que el
animador/a conozca la realidad en la que va a actuar, sino, sobre todo, que las
personas destinatarias de la intervención reconozcan su propia realidad, se
hagan conscientes de sus necesidades e intereses, de sus capacidades y de las
dificultades o carencias que obstaculizan los cambios necesarios.
Para ello es necesario que el análisis, que la
investigación, sea inteligible para el colectivo. Es importante analizar el
discurso que el colectivo tiene sobre sus propias condiciones de realidad.
Estamos ante un tipo de análisis que sirve de espacio para la creatividad
social, donde sea posible diseñar el tipo de realidad que se pretende vivir.
El análisis de la realidad, la investigación,
el diagnóstico previo, no es una acción puntual, al comienzo de los procesos de
intervención, sino una dinámica permanente, porque la intervención modificará
constantemente la percepción de la realidad.
La investigación es pues un instrumento para la
acción social.
Frente a otros modelos de investigación y
análisis de la realidad, cuya finalidad es el conocimiento en sí mismo, aquí la
finalidad es que sirva para actuar sobre la realidad. Es decir, un auto
diagnóstico que es en sí mismo acción.
La planificación
La planificación no consiste, solo en la
organización de los pasos necesarios para llevar a cabo la intervención: El
porqué, el qué, el para qué, el a quién, el cómo, el con quién, el con qué, el
cuándo y el dónde. Es sobre todo, un proceso de identificación de las
prioridades, de "apropiación" de los objetivos por parte del grupo o
de la comunidad en donde se produce la intervención, de definición de las
estrategias y las tácticas necesarias y adecuadas a las capacidades y los
recursos existentes, de la toma de decisiones, del reparto de
responsabilidades, y de concreción de las tareas.
La A.S.C. debe impulsar y apoyar este proceso
en el grupo. Su planificación se orienta, y aquí está la peculiaridad, en hacer
posible la planificación del grupo.
Tampoco la planificación es un momento puntual,
sino que al igual que el diagnóstico, se modifica continuamente conforme cambie
la percepción de la realidad. Es decir, se redefinen nuevos objetivos, se
consiguen nuevos recursos, se detectan nuevas resistencias, etc.
La planificación debe ser para el
"éxito" y por tanto, los objetivos deben ser posibles y alcanzables
por el grupo, y graduales según cada momento del proceso.
La acción
Las acciones, desplegadas en todas las formas
posibles, con todas las técnicas y recursos disponibles y adecuados, deben ser
realizadas, fundamentalmente por el grupo. Desde la A.S.C. no se debe nunca
suplir la iniciativa del grupo sino apoyarla y orientarla.
Las acciones deben ser gratificantes para
quienes las desarrollan. Imaginativas, creativas y sobre todo participativas.
Deben partir de capacidades y recursos propios o de aquellos que puedan
conseguir con su acción.
Tampoco la acción es un momento puntual, sino
una dinámica constante del proceso. Igual que cuando se analiza la realidad, se
actúa y que cuando se planifica, también se actúa, etc.
La acción, la práctica grupal es la base de la
"teorización" y de la conceptualización: el grupo aprende en su
práctica, por lo cual esta debe ser consciente y sistematizada, es decir,
objeto permanente de análisis.
La acción se orienta hacia el cambio social y
la superación de la realidad actual.
La evaluación
La evaluación no es, solo ni fundamentalmente,
una cuantificación de resultados, sino, sobre todo, el reconocimiento del
proceso por parte del grupo, la toma de conciencia de los cambios producidos en
el grupo y en la transformación de su realidad concreta y del camino recorrido
para alcanzarlos.
La evaluación modificará, necesariamente, la
percepción de la realidad (la auto percepción como grupo y su percepción del
entorno) y será el punto de partida de una redefinición de los objetivos, de
las estrategias y de las tácticas, en un proceso continuo.
La evaluación no es un momento puntual, sino
una dinámica permanente en el proceso del grupo y en el proceso de
intervención. Se evalúa para facilitar la evaluación del grupo. No tiene
sentido una evaluación que no sea "apropiada" por el grupo.
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