RECORRIDO HISTÓRICO:
Existe una problemática al tratar uno de los
campos de la educación social. Este campo se refiere al de la exclusión social,
y la problemática ocurre a la hora de explicar qué entendemos por exclusión,
puesto que es necesario describir y delimitar todos los campos para proceder a
realizar un modelo de actuación eficaz para conseguir paliar o reducir dicha
exclusión. Es porque hay que ser cuidadosos en la práctica por lo que detectamos
esta necesidad de definir el campo, puesto que aborda muchos contextos y
situaciones y la acción social marca una trayectoria vital en los individuos
sobre los que recae la acción. El hecho de encontrarse en lo que denominamos
una situación de exclusión provoca, en sí mismo, ciertas desventajas sociales y
a su vez, genera un mayor número de desigualdades y se crea un mayor énfasis en
las ya anteriores.
Los orígenes del término se retoman a
aportaciones de grandes figuras de la Sociología como Marx, Engels, Durkheim,
Tönnies, Bourdieu y Parkin, resaltando la dualidad de la clase social, hecho
que te hará estar “dentro o fuera”.
Las atribuciones más recientes las encontramos
con René Lenoir en su obra Les exclus: Un Française sur dix, que entiende el término
como un fenómeno que presenta rasgos y características singulares y
específicas. Sin embargo otros autores argumentan que “es un término que
comenzó a utilizarse en Francia durante los años sesenta y que generalmente se
les atribuía a los pobres, pero que dicho concepto no comenzó a difundirse
hasta la crisis económica.” (Silver, 1994)
Según surgían nuevos grupos con necesidades
sociales, se les abarcaba dentro de éste término, abarcando así nuevos grupos y
nuevos problemas sociales. Tras la difusión de dicho término la unión Europea adoptó
ciertas medidas para combatir la exclusión social y promover la integración
europea, es en 1989 cuando se publica un texto comunitario donde se hace
referencia a la exclusión. Este hecho se atribuye a los cambios estructurales y
socioculturales como causa de la variación del empleo y su función social. A lo
largo del tiempo se le ha otorgado diferentes matices y significados al
concepto de exclusión social, lo que implica que recoja progresivamente un
mayor número de contextos y situaciones sociales.
Como se apunta, no se trata de un concepto
radicalmente nuevo, aunque sí presenta unas características singulares. (Rubio & Moneteros, 2002)
NUEVO CONCEPTO DE EXCLUSIÓN SOCIAL:
La necesidad de redefinir el concepto con una
mayor precisión y rigor, y abandonar el imaginario de pobreza se debe a que las
limitaciones del término de pobreza que nos otorgan los economistas no
responden a la cantidad y variedad de problemas que presenta la población en la
actualidad. Por ello el concepto de exclusión social obliga a centrar el debate
en aspectos que la pobreza ha dejado al margen, como todos aquellos procesos
que conllevan a la exclusión, las relaciones sociales, etc. Por ello, como
primera característica a señalar en la exclusión social es la
multidimensionalidad y los diversos factores del concepto que no se incluyen en
el fenómeno de la pobreza, puesto que esta hace referencia a la escasez de
materiales cuantificables que pueden ser considerados por la sociedad como
medios que alcanzan el mínimo vital para poder vivir adecuadamente. Sin embargo
no podemos desvincularnos totalmente de este término puesto que pobreza y
exclusión social tienen elementos comunes y son fenómenos relacionados entre sí
ya que la pobreza puede ser el resultado de una exclusión política, social o
cultural. Sin embargo no todas las personas excluidas o en riesgo de exclusión no
son necesariamente, pobres.
Como conclusión, podemos resumir que la
exclusión presenta varias dimensiones, no solamente la económica como sucede
con la pobreza, sino que también se incluyen otros aspectos como laborales,
sociales, culturales, educativos, etc. así también podemos observar que
mientras la pobreza tienen un carácter personal, la exclusión tiene un carácter
estructural; así mismo la pobreza genera desigualdad social mientras que la
exclusión provoca una fragmentación social y por último, mientras que la
pobreza aparece en un contexto histórico de industrialización, la exclusión
aparece en las sociedades postindustriales, afectando a colectivos a diferencia
de nuevo de la pobreza, que afecta a individuos.
Si tenemos en cuenta las características
expuestas anteriormente podemos entender la exclusión social como un fenómeno
que tiende a combinar y separar tanto a individuos como a colectivos de una
serie de derechos sociales a los que otros colectivos o individuos si tienen
acceso, es decir, se crea una fractura en lo relacionado a la igualdad de
oportunidades, llegando a anular su función como ciudadano, como se confirma en
la definición de exclusión social como “proceso por el cual a ciertos
individuos o grupos se les impide sistemáticamente el acceso a posiciones que les permitirían una
subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las
instituciones y valores en un contexto dado”. (Castells, 2001)
Sin embargo, “el término de la exclusión social
implica, en su raíz, una cierta imagen dual de la sociedad, en la que existe un
sector “integrado” y otro “excluido”.” (Tezanos, 1999). Esto determina la ubicación de los
individuos y grupos sociales en uno y otro grupo, donde los excluidos sociales se
encuentran desvinculados a los procesos relacionados con la ciudadanía, es
decir, como apuntábamos anteriormente, de los derechos y deberes que tienen que
ver con el bienestar de la persona, puesto que el trabajo, actualmente, no es
la única forma de conseguir los recursos necesarios para subsistir, pero ésta
función desarrolla gran parte de la participación activa del individuo en la
sociedad (Pérez, Sáez, & Trujillo, 2002)
Siguiendo la línea de oportunidad de
integración social vinculada al trabajo, debemos destacar autores como (Subitars, 2004) y otros que
destacan, al mismo tiempo, la educación como mecanismo y herramienta para
encontrar un trabajo que posibilite la integración, teniendo en cuenta que
vivimos en una sociedad postindustrial en la cual la integración pasa por tres
ejes básico: el mercado y la utilidad social aportada por la persona, el
mecanismo de intercambio y de vinculación a la contribución colectiva de
creación de valor, la redistribución que se lleva a cabo por organismos de
poder y las relaciones de reciprocidad en las relaciones sociales, es decir, en
el funcionamiento del sistema capitalista actual, “colaborando en ese sistema
que produce e integra la exclusión social”.
FACTORES QUE CAUSAN EXCLUSIÓN SOCIAL:
Vemos necesario hacernos una pregunta: ¿Cuáles
son los factores que genera una situación de exclusión social? Los factores de
riesgo son abundantes y se relacionan entre sí. Esos factores “van más allá del
desempleo y del acceso al mercado de trabajo, sino que se manifiesta a través
de privaciones y obstáculos de diverso tipo que, solos o combinados, impiden
una participación plena en ámbitos como la educación, la salud, el medio
ambiente, la vivienda, la cultura, el ejercicio de derechos, el acceso a las
ayudas familiares, etc.
También vemos necesario destacar la educación
entendida como proceso permanente para poder formar a los individuos con el
objetivo de que sean capaces por sí mismos de participar de forma plena y
satisfactoria en la vida social.
Nos podemos encontrar en una situación única de
exclusión social según las variables o los ámbitos que se combinen en nuestra
trayectoria, con lo cual varios individuos que hayan partido de una situación
similar pueden acabar encontrándose con situaciones de exclusión social
totalmente diferenciadas entre sí, aunque también puede ocurrir que se den
factores conectados directamente a las condiciones personales del individuo, con
lo que podemos concretar que cualquier persona puede encontrarse en algún
momento de su vida en una situación de exclusión o riesgo de exclusión scoail,
puesto que existe la posibilidad de que nos influyan variables ajenas nosotros mismos que nos lleven a encontrarnos
en dicha situación. Sin embargo los factores de riesgo que señalamos como
ajenos al individuo variarán según el contexto actual donde nos situemos,
teniendo en cuenta los cambios que debe afrontar la sociedad en su conjunto.
LA EDUCACIÓN SOCIAL Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL:
(Bonafé, 1998) indica que la práctica educadora no es
simplemente una acción técnica sino un orden de significados socialmente
construidos e históricamente determinados. Para una práctica eficaz desde la
Educación Social, debemos saber contemplar la problemática que venimos señalando
durante todo el documento es decir, la complejidad que ofrece la exclusión
social desde una perspectiva socio-educativa que aborda todos los factores que
puede llegar a presentar un individuo o colectivo que se haya en una situación
similar. Las prácticas que se llevan a cabo son diversas, tanto como
situaciones podemos encontrar, sin embargo debemos dar respuestas plurales y
adaptadas al mismo tiempo. Las situaciones de los individuos no son estáticas,
hecho que le suma complejidad a la acción socioeducativa, por lo que urge
concretar un modelo de respuesta que abarque y genere una gran cantidad de
nuevos contextos para trabajar con el individuo o grupo.
Al mismo tiempo, para realizar una práctica
eficaz habrá que determinar una serie de significados compartidos que concierne
al individuo o grupo, por ello, y teniendo en cuenta las características que
hemos ido definiendo a lo largo del documento el diagnóstico del educador
social debe centrarse en las necesidades y alejarse de aquellas acciones y/o conceptos
que perpetúan las diversas situaciones de desventajas sociales. Es necesario
hacer partícipe al sujeto de trabajo en la constante construcción y madurez de
la sociedad. Sin embargo este proceso tiene un alto grado de responsabilidad
social, con lo que las acciones ejecutadas deben ser controladas y deben seguir
un orden socioeducativo. La participación debe fomentarse en todos los ámbitos,
puesto que son muchos en los que la exclusión social tiene lugar, y es un
proceso necesario para conseguir la democracia y reforzar la comprensión
comunitaria para construir una sociedad plural responsable donde los sujetos
participen de forma concienciada gestionando los conflictos que puedan aparecer
y aportando soluciones adaptadas.
Es decir, se concibe la Educación Social como
una “profesión mediadora entre los intereses y finalidades de las políticas
sociales y las necesidades y deseos de los ciudadanos.” Sin embargo esta
profesión y sus correspondientes profesionales se encuentran en esta misma
situación, lo que supone un doble trabajo a realizar para obtener el
reconocimiento que merece la profesión.
CONCLUSIONES:
Para finalizar el ensayo, cabe señalar las conclusiones
obtenidas a la hora de delimitar el concepto de exclusión social. No deja de
ser un término que necesita ser profundizado y estudiado como fenómeno, pero sí
podemos decir que ha ido capturando cierta forma en el recorrido histórico y en
la actualidad, desde su origen en forma de pobreza hasta nuestros días, concentrando
una serie de características innegables, tales como su multidimensionalidad, su
relatividad y su dinamismo.
Habrá que analizar este fenómeno desde varias
perspectivas y comparando las aportaciones y estudios de varios investigadores,
así como se ha realizado en el actual informe. También ha de resaltarse los
diferentes ámbitos de manifestación de este fenómeno, así como la incidencia y
el papel crucial que juega la educación y la formación de la ciudadanía y sin
cometer el error de concretar su eje y causa central en el trabajo, puesto que
la sociedad actual realizar tareas remuneradas no te exime de encontrarte en
una situación de exclusión.
Siguiendo esta línea, debemos entender este
proceso como un hecho probable que puede afectar a cualquier individuo o
colectivo, pero que sí puede ser evitable a través de buenas prácticas
socioeducativas generadoras de nuevos contextos, cambios y transformaciones
sociales que pueden dar lugar a nuevas oportunidades de integración, siempre
teniendo en cuenta que la realidad es cambiante y hay que reciclarse para no
caer en prácticas erróneas que desaten efectos contrarios a los deseados o
bien, que perpetúen los procesos mediante los que se llegan al desarrollo del
fenómeno de la exclusión social como etapa final resultante de la combinación
de uno o varios factores.
Como se expone en el texto utilizado, es
necesario que todos aquellos que desempeñen las prácticas socioeducativas
realicen y expongan diferencias entre las posibilidades de este concepto y en
cómo se manifiesta en las diferentes realidades sociales y sus respectivas
problemáticas, así como la posibilidad que existe de que se generen nuevos
contextos que desemboquen en nuevas formas de exclusión social y las relaciones
que se da con las ya actuales, al mismo tiempo que se estudia la relación y la
combinación de distintos factores, internos y externos de los individuos que
llevan a dicha situación.
La complejidad se acentúa si pensamos en este
fenómeno como permanente y que presenta gran rapidez en su dinamismo, puesto
que responde al ritmo del cambio social, por ello vemos necesario darle gran
importancia a responder a las necesidades actuales y formar así cierto modelo
de acción que guíe mediante la experiencia la práctica socioeducativa para
resolver con la mayor inmediatez posible las diferentes situaciones de
exclusión social.